domingo, 6 de julio de 2008

Queridos follanautas.

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Para empezar, sigo viva aunque tremendamente ocupada como para poder explayar mis idas y venidas sexuales. En este momento me encuentro en París, rodeada de gabachas que huelen a furcia y supuestos bohemios que se disfrazan de grandes conquistadores. En resumen: mucha basura con papel de regalo que merece la pena ver (aunque sea desde la ventana del hotel)Próximamente, tendrán nuevas aventuras, y si no son las propias, serán las de mis amigas, que también tienen arroz que menear (entre otras).



En respuesta a ciertos comentarios emitidos por algún que otro lector con respecto a mi persona:

Me casé por lo civil con mi marido por amor, para satisfacer su capricho de celoso compulsivo y para ser su viuda el día de mañana. Era un hombre físicamente atractivo, una mente brillante y un muerto de hambre en cuanto a la economía se refiere cuando le conocí(1). Siempre he sido sexualmente activa, aunque con la misma persona durante todo mi matrimonio(2), cuestión que él no respetó. Le dejé porque era un cerdo. Las mujeres como yo no vamos devorando hombres por el placer de destrozar corazones, no es cuestión de venganza ni nada parecido. Más bien esta sociedad es un buffet libre del placer, y hay que amortizar las inversiones. A veces te quedarías durante horas comiendo, otras lo pruebas y desechas el plato. Sólo es cuestión de suerte.

Buenas noches señoritas y caballeros, pásenlo bien y pórtense mal.

(1) Más tarde, eso cambió.

(2) Siete años de matrimonio+Dos de noviazgo=Nueve años de relación